CUADERNO DE NOTAS

Loreto Alonso1 y
Luis Gárciga2

Recibido: 15/9/2022 – Aceptado: 5/2/2023 –
Publicado: abril/2023

Artistas, investigadores y docentes. Trabajamos en torno a lo que hemos denominado biotransculturación, entre nuestras propuestas:
Planetario (Centro Wilfredo Lam, La Habana) La imagen dato en la época de la reprogramabilidad oracular (Cenidiap, MéxicoDF), Index Dateria: de cómo los datos ocuparon la tierra (MéxicoDF), Abducción en el Palenque: calentamiento
local, migración, Internet y ciencia ficción (Casa caníbal, San José de Costa Rica)
Ectopia. Ensayos dramáticos de costumbres retrofuturas (Centro de las Artes, MéxicoDF), Jababacoa (junto a colectivo C.A.S.I.T.A,XIII Bienal de la Habana). Pueden consultarse en www.dateria.net

1. Universidad Complutense de Madrid, España.
loretalo@ucm.es
ORCID: 0000-0002-8140-9291

2. Universidad Nebrija de Madrid, España.
lgarciga@nebrija.es
ORCID: 0000-0003-0662-2946

Garciga Romay, L. y Alonso Atienza, L. (2023). Reseña del libro Correspondencias. Cartas al paisaje, la naturaleza y la tierra, de Tim Ingold. ¬Accesos. Revista de investigación artística (6), 168-173

Tras este título tan determinado, Recursividad y contingencia, Yuk Hui propone entrar de lleno en las condiciones que, según este filósofo e ingeniero informático, nos permiten entender la experiencia, el conocimiento y la creatividad en la cada vez más notable inmersión humana dentro de un ambiente modulado por tecnologías digitales.

Abordar la situación actual de interacciones entre lo humano y la máquina, lo vivo y lo lingüístico, lo psicológico y lo social, supone una nueva forma de entendernos con el sistema tecnológico.  El autor presenta una filosofía cibernética del siglo XXI cuya mayor aportación es pensar críticamente la relación humano-máquina desmarcándose de la simple mecanización de lo orgánico que finalmente conduce al determinismo tecnológico o de una defensa reduccionista del vitalismo clásico.

Hui propone explorar el modelo recursivo, como una lógica operacional que caracteriza tanto a la máquina algorítmica como a los organismos vivientes. Más allá de las evidentes diferencias químicas, físicas o de origen, encuentra semejanzas significativas entre humanos y las máquinas cibernéticas más recientes que poseen la capacidad de autodeterminación respecto a su finalidad.

La recursividad la analiza diferencialmente respecto a otros conceptos como retroalimentación, feed-back, autorreferencia y autopoiesis. Partiendo de ellos, amplía la reflexión en torno a la organización de un sistema que tiene adicionalmente la capacidad de integrar la contingencia, segundo término del título y noción medular que problematiza en este libro. Pensar el sentido de la contingencia, el azar, el accidente, la capacidad de considerar tanto lo posible como lo improbable, se configura como punto central para afrontar las posibilidades de conocimiento y creación tanto de seres vivos, como de entidades técnicas.

Este ensayo es producto de una investigación transdisciplinar que discurre por muy diversos saberes. En él se presentan las nociones históricas y también las más actuales sobre lo vivo en el marco de la filosofía occidental, las distintas corrientes de pensamiento en torno a las tecnologías, así como los conocimientos biológicos y antropológicos alrededor de la cuestión ecológica. La estética aporta las concepciones sobre lo sublime, la sensibilidad artística y la labor del artista.  

Hui nos lleva por los caminos del pensamiento sobre lo humano y lo que consideramos lo natural. Delinea un recorrido que se remonta hasta la concepción por Baruch Spinoza de una natura naturans que caracteriza lo orgánico como una fuerza activa y una potencia más que como una natura naturata, es decir un resultado, un producto. Nos conduce luego a los actuales cuestionamientos al naturalismo que plantean, entre otros, los antropólogos Philippe Descola y Eduardo Viveiros de Castro quienes consideran las relaciones entre humanos y naturaleza dentro de una diversidad que incorpora concepciones como el analogismo, el animismo o el totemismo.

En el plano del pensamiento de la tecnología, Hui marca una vía que comienza en la pregunta de Heidegger sobre la tecnología moderna europea. Continúa con las reflexiones de Gilbert Simondon sobre el modo de existencia e individuación de los objetos técnicos, los cuales se relacionan presentando “resonancias internas”. Esta consideración Hui la vincula con el concepto de recursividad que nos presenta en el libro.

Para pensar críticamente el entorno tecnológico actual, regido por Big Data, IAs, Internet de las cosas, ciudades inteligentes, etc., el autor nos acerca al pensamiento de Bernard Stiegler. Este concibe las tecnologías como entidades activas en constante formación y transformación tanto de sí misma como de los humanos que circunda. Como consecuencia anuncia el desplazamiento de lo inorgánico organizado por lo inorgánico organizante. Es decir, la herramienta, la máquina, especialmente la máquina cibernética deja de regir para pasar a la gubernamentalidad algorítmica.

El libro apela a pensar lo maquínico como un medioambiente en el que podemos resituar las tensiones de los organismos y sus entornos.  Esta dimensión ecológica apela a los mundos circundantes de Jacob von Uexküll, la noosfera imaginada por Teillhard de Chardin, la epistemología ecológica de Gregory Bateson o el más reciente concepto de tecnoesfera que problematiza el ingeniero y geólogo Peter Haff. Presenta la Naturaleza, no en oposición a la mente sino implicada con ella en un movimiento circular. Es en este sentido, que la perspectiva sobre la recursividad y la contingencia que plantea, permite considerar a los entes técnicos en los sistemas cibernéticos como sistemas abiertos de intercambio de información. Cuestión que nos remite a la tradición del pensamiento organicista, el cual concibe el todo más allá de la suma de las partes.

Hui nos invita a profundizar en el problema del proceso reflexivo y la autoconciencia en las máquinas a partir de distanciarse del modelo hiloformista de la filosofía clásica occidental. No se trata ya de una forma que da sentido a una materia, sino de una lógica de realimentación que es al mismo tiempo creadora y creada a semejanza de los seres orgánicos o de las redes neuronales descritas por McCulloch y Pitts. Nos propone repensar el concepto de automatización más desde la recursividad que desde el automatismo. La recursividad exige contingencia, esto es diferencias en sus inputs, y con ello permite la autorrealización del algoritmo. En este sentido Hui se apoyará en la noción de mónada en Leibniz, para entender al algoritmo y la cibernética como un sistema compuesto de entidades con perspectivas diversas que se recombinan, que operan recursivamente e introducen variaciones asumiendo contingencias.

Siguiendo con la cuestión de la lógica que comienza con Kant y Hegel, Hui llega a consideraciones sobre el pensamiento algorítmico. Aborda el tema de la matematización de las operaciones a partir de las ideas Alfred North Whitehead, Bertrand Russel y Thoralff Skolenn.  Aquí, despliega una reflexión sobre la historia de la cibernética. Va desde el inicio del término creado por Norbert Wiener hasta la que denomina “cibernética de la cibernética” o cibernética de segundo orden centrada. Esta está centrada en las posibilidades de la máquina como conjunto de variables capaces de cambiar su función de acuerdo al entorno y generar complejidad, lo que en términos de Gregory Bateson es “una diferencia que produce diferencia epistemológica, recursiva y ecológica”.

Un importante aporte de este texto es la propuesta de superar desde la cibernética la oposición entre mecanicismo y vitalismo, acercándonos a las tecnologías algorítmicas ya no como meros mecanismos ni tampoco como seres vivientes. Para ello el autor propone despegarnos del hilomorfismo y pensar en un proceso recíproco evolutivo en el que la materia no determina la forma a la inteligencia ni ésta impone su forma totalmente a la materia.  Siguiendo a Georges Canguilhem, Hui plantea una organología que permite repensar las relaciones de las partes y el todo sin reducirlas a la racionalización mecánica que elimina rasgos inútiles y contingentes. Desarrolla esta organología incorporando los aportes de Henri Bergson en relación a la importancia de la temporalidad y a la noción de Élan vital; así como las ideas del antropólogo André Leroi-Gourham quien, estudiando el proceso de humanización, entiende los objetos técnicos como proyección de los órganos del cuerpo humano. 

En el tiempo de la automatización a gran escala, la computación ubicua, la hipermasificación de dispositivos sensores, las aplicaciones de Big Data, los criptodatos, la síntesis de toda información en forma de patrones cuantificables y la utilización masiva de inteligencias artificiales, tenemos la sensación de que el sistema técnico es capaz de anticipar y modular muchas de nuestras formas de vida tanto psíquicas como colectivas. Quizás el entendimiento simultáneo de lo humano y lo técnico compartiendo lógicas operacionales recursivas, pudiera permitirnos un entendimiento más integral de nuestros procesos de subjetivación apelando, más que a las diferencias, al conocimiento de los intercambios tanto a nivel individual como colectivo entre lo orgánico y lo técnico.

Siguiendo a Stiegler, los objetos técnicos tienen un papel activo como soportes de las formas de memoria y de anticipación. Hui confiere este valor también a la producción artística, y su capacidad para “esperar lo inesperado”, volver necesarios los accidentes, poner en el centro la contingencia como un intenso momento de transformación y apropiación. Surgen entonces muchas preguntas: ¿Hasta qué punto las tecnologías digitales no están reduciendo esta contingencia a probabilidades anticipadas? ¿Cómo puede suceder el acontecimiento artístico en nuestra época de sistematización técnica? ¿Puede escapar el arte al cálculo?

Por último, Hui considera las condiciones, esperanzas y peligros de lo post humano y lo transhumano. Se propone continuar con el cuestionamiento iniciado por Jean-François Lyotard sobre lo “inhumano”. Lo entiende como una condición positiva que se resiste a ser reducido al cálculo y que recuerda la noción estética de sublime. Un reducto de lo incomputable que lo asocia ya no tanto con lo divino sino con lo inorgánico organizante. Lo inhumano, así entendido, supone una falta, una incompletitud, una irrepresentabilidad, un vacío, que sin embargo está ya también inscrito en el sistema, lo que nos remite nuevamente al azar y lo contingente como oportunidad del sistema de volver recursivamente a la creatividad. 

Como ya nos animaba en su anterior libro Hui, es preciso “fragmentar el futuro”, descomponer el sistema técnico como lo conocemos y abrirlo a una tecnodiversidad. Como otros autores contemporáneos entre los que podemos mencionar a Quentin Meillassoux, Graham Harman y Timothy Morton, este autor promueve epistemologías que dejen de presentar la tecnología como algo universal; y lo que resulta más relevante para el campo del arte, coloca lo sensible, la experiencia estética y la creación en el foco de este asunto.

Para que el futuro sobreviva debe fragmentarse cosmotécnicamente. En ello juega un papel preponderante el reconocimiento, el uso y la proyección que hagamos de las múltiples maneras en la que la contingencia y la recursividad puede habitar junto a nosotros el mundo sin distinguir a priori entre cultura, naturaleza, técnica y sociedad, entre lo orgánico y lo inorgánico organizante. 

1. En la obra Fragmentar el futuro. Ensayos sobre tecnodiversidad (2020),
Yuk Hui plantea la necesidad de resituar y reapropiar la tecnología moderna
(europea) en su génesis, reconstituyendo también las génesis de otras distintas tecnicidades en culturas con distintas cosmogonías. Se trata de volvernos diversos también en nuestras técnicas, vincularlas y resituarlas en un panorama ampliado y proteger y fomentar esa tecnodiversidad o como Yuk poéticamente escribe: «permitir las bifurcaciones del futuro». Con este objetivo, Hui introduce el concepto de Cosmotécnica, una unificación del orden del cosmos y el orden de la moral mediante actividades tecnológicas, en la que se propone una nueva dinámica entre fondo y figura y un nuevo entendimiento de la coevolución de humanos y máquinas.

Referencias

Hui, Y. (2020). Fragmentar el futuro. Ensayos sobre tecnodiversidad. Caja negra editora.

www.accesos.info